Foto: lakancilleria.wordpress.com
El voto de opinión ha brillado por su ausencia en el Putumayo, pues ante la falta de líderes con ideologías y programas de gobierno que enamoren a sus electores, la gran mayoría de los elegidos llegan a los cargos públicos por motivos diferentes al deber ser. Con un amigo llegamos a la conclusión de que quienes hacen política deberían cumplir, al menos, con estos tres aspectos fundamentales:
1. Tener su vida económica resuelta: Esto
implicaría tener un buen ingreso económico propio y de su pareja. Que tengan un
capital que los ayude a seguir viviendo si no ganan las elecciones, aun
habiendo invertido una gran suma de dinero en la campaña. Esta es una manera de
garantizar que quienes hacen política lo hacen por vocación hacia lo público, y
no porque no tienen otra manera de ganarse la vida. Cuando no se cumple con
esta premisa el candidato ya no es tan confiable.
2. Que tenga las credenciales para el cargo al
que aspira: La preparación académica es clave, más aún en estos tiempos
cuando la administración pública cada vez exige un mayor grado de conocimiento.
Y ojo, la academia no es un lujo exclusivo de las familias más adineradas, los
pobres también tienen acceso a ella. Así lo ha sido siempre, un ejemplo de ello
es aquel joven humilde de finales de siglo pasado llamado Marco Fidel Suárez,
hijo de una humilde lavandera, quien siempre se destacó por su inteligencia
desde niño y eso lo llevó a ser Presidente de la República. Como mínimo su
candidato debería tener una especialización y una maestría. Eso le da una
visión mucho más amplia del mundo y de lo público.
3. Coherencia en el discurso: Es lo que se
define como la sincronía entre el pensar, el decir y el hacer. Quienes son
coherentes son personas de fiar pues se sabe que su línea es una sola y que
actuarán de acuerdo con ella ante cualquier aspecto que se le presente, sin
importar las consecuencias políticas que eso le traiga. Un ejemplo de coherencia es el representante
Rivera Flórez: es un liberal y como tal ha defendido causas como la del
matrimonio homosexual, sin importar qué tan rentable, electoralmente hablando,
sea esta postura. De hecho, hace poco fue criticado por el obispo del Putumayo
por su apoyo al matrimonio gay, a quien le respondió: “los habitantes de mi
departamento conocen mis posiciones y no es la primera vez que me reprochan,
eso me inquieta pero no me desvela, cuando denuncié DMG se me vino el mundo
encima en Putumayo, incluso, mi familia tuvo que salir del departamento algunos
meses”. Decir que las críticas de la región, donde se supone tiene su caudal
político para el Senado, le inquieta pero no le desvela suena desafiante para
algunos, pero seductor para quienes premiamos la coherencia en el discurso.
Espero que me aporten otras condiciones que deben tener los
candidatos que se postulan a los distintos cargos en las próximas contiendas
electorales.
Seguir a Ricardo Solarte en Twitter: www.twitter.com/@ricardosolarte
Seguir a Ricardo Solarte en Twitter: www.twitter.com/@ricardosolarte
No hay comentarios:
Publicar un comentario