miércoles, 24 de julio de 2013

¿Por qué vale la pena estudiar?

Foto: www.poloniaestudio.blogspot.com 

Con pesar vi la noticia de que en Mocoa las personas de más escasos recursos no quieren aprovechar las becas que otorga la Alcaldía para estudiar una carrera tecnológica en el Instituto Tecnológico del Putumayo. Es una lástima porque la educación es, sin duda, la herramienta más poderosa para romper los círculos de pobreza.

Algunas de las razones que esbozaba la noticia para que este fenómeno se presente es que  no hay motivación por tratarse de programas académicos en los cuales hay sobre oferta de profesionales. Debo decir que esto no es obstáculo si uno es bueno en lo que hace.

Se los digo con conocimiento de causa. Hace poco me desempeñé como editor jefe de una revista especializada en economía y negocios para gerentes de pequeñas y medianas empresas. Y debo confesar que me veía en graves aprietos para conseguir profesionales con tres requisitos básicos: sentido común, valores y talento. A pesar de que me llegaban una gran cantidad de hojas de vida.

Me di cuenta entonces de que ese cuento al que nos acostumbraron: “la situación está dura en la calle”, es pura carreta. En muchos casos lo que escasea es el talento y no el  trabajo. Es cierto, les hablo desde Bogotá, una ciudad con ocho millones de habitantes donde las oportunidades en el sector privado y público se multiplican por mil, a diferencia de Mocoa.

Esa es otra reflexión que también se debe hacer. Dicen que nadie es profeta en su tierra. ¿Por qué no pensar, entonces “más allá del puente Metálico” para ejercer su carrera? Las ciudades intermedias y las más grandes como Bogotá y Medellín están en la búsqueda de profesionales talentosos. Mire otras opciones de desarrollo profesional. Entre ellas, la oportunidad de crear una empresa. En Mocoa todo está por hacer.

Pero decir que estudiar es bueno para ganar más dinero y salir de la pobreza es tener una visión miope. Ante todo el conocimiento sirve para realizarse como persona. Como dice el abogado y político colombiano Diego Luis Córdoba: “Por la ignorancia se desciende a la servidumbre, por la educación se asciende a la libertad”.

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jueves, 18 de julio de 2013

¿Por qué no tumbar a Petro?

Foto: www.semana.com

Voy a dejar de lado temas políticos como el pasado guerrillero del alcalde; o pensar que es una derecha cerrera la que lo quiere tumbar. Hay tres billones de pesos en juego, que en caso de que Bogotá caiga en un estado de interinidad, “esa platica” quedaría  en el limbo y se embolatarían proyectos muy importantes para la capital.

En días recientes el Concejo de Bogotá aprobó el cupo de endeudamiento para la  ciudad por 3 billones de pesos. Estos recursos están destinados básicamente a tres obras ambiciosas: la primera línea del metro pesado, el Transmilenio por la Boyacá y dos metro cables para los sectores más deprimidos de la capital: Ciudad Bolivar y San Cristóbal.

Aunque hay muchos escépticos, el metro por fin es una realidad. El pasado 25 de junio la Administración Distrital firmó un acta de inicio para los estudios de ingeniería avanzada y la aprobación de un crédito por 800 mil millones de pesos para la primera línea del metro pesado.  

Así las cosas, la licitación se hará entre octubre de 2014 y marzo de 2015, y el comienzo de los trabajos arrancarían en el segundo trimestre de 2015. Y, por fin, en 2019 entraría en funcionamiento la primera línea del metro pesado que tendrá una longitud 26,5 km con 18 estaciones y 40 trenes que operarán a 35 km por hora.

Por el lado de los  dos metro cables. Estas obras tienen recursos aprobados por 253 mil millones de pesos. Las primeras localidades en tener este sistema serán Ciudad Bolivar y San Cristóbal. De acuerdo con la Secretaría de Movilidad, a finales de 2013 terminarán los estudios y diseño del proyecto, que está a cargo de la empresa Metro de Medellín.

Las obras durarán 16 meses por lo que se espera que la primera línea del metro cable en Ciudad Bolivar se entregue a finales de 2015. El de San Cristóbal estaría listo en el primer semestre de 2016. Con este sistema se transportarán 28 mil pasajeros diarios.

El del Transmilenio por la Boyacá es la obra más adelantada: los estudios de factibilidad se hicieron entre marzo y junio de 2013, y ahora con el cupo de endeudamiento, se destinarán 712.500 millones de pesos. Las obras iniciarán dentro de un año y tendrán una duración de 18 meses.

Como vemos, una parte importante del desarrollo de la infraestructura de la ciudad está en juego. Cuando a Gina Parody le preguntaron si votaría o no por la revocatoria del alcalde Petro, ella dijo que no lo haría, y la razón que argumentó es que hay que dejar que muestre su obra de Gobierno, de lo contrario no se le podría juzgar de manera objetiva.


Y es que de ser tumbado, por cualquiera de las dos vías: la de la revocatoria o la de la Procuraduría, se salvaría de responsabilidad a Petro, pues no lo dejarían llevar a cabo su plan de desarrollo Bogotá Humana 2012-2016.  Por el contrario, si se le deja terminar su periodo, se le puede juzgar su capacidad de ejecución, frente a los hechos.

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miércoles, 10 de julio de 2013

Una pesadilla llamada Cootranshuila

Foto: diinbus.blogspot.com

Pensé que me había tocado vivir de todo en cuanto al mal servicio de algunas empresas de transporte terrestre con presencia en el Putumayo, pero  me equivoqué. Me faltaba un capítulo aún más amargo con una empresa foránea a la que el departamento le abrió sus puertas: Cootranshuila.

Fue el jueves 4 de julio en el trayecto de Mocoa a Bogotá. Escogí esta empresa porque mis  experiencias con Cootransmayo no han sido buenas. Pero como dice el refrán: en tierra de ciegos el tuerto es rey, y al lado de esta empresa opita, la transportadora local queda como una reina.

Llevábamos apenas unos 40 minutos de viaje y a la altura del kilómetro 19 en la ruta Mocoa Pitalito, el bus falló. Según dijo el conductor, presentaba un problema con la guaya de la caja de cambios, lo que nos impedía seguir.
Después de unos cuarenta minutos con el bus apagado en medio de la nada, y al ver que a pesar de los esfuerzos del conductor por reparar el daño, no había solución, decidí llamar a dos números celulares que aparecen en la puerta del bus: la repuesta fue vaga: “vamos a ver qué solucionamos”.

Frase se quedó solo en eso: meras intenciones, porque la empresa nunca mandó a un carro por nosotros. Sin más opción, empezamos a sacarle la mano a cuanto carro pasaba. Entonces paró un bus de Transipiales que iba con destino a Cali. El conductor de ese bus aceptó llevarnos a los 18 pasajeros, no sin antes acordar con el conductor del bus varado que en la taquilla de Cootranshuila le pagarían nuestro pasaje.

Nuestro conductor nos dijo que en Pitalito nos estaban esperando con un bus para continuar con el viaje hacia Bogotá. Nada de eso fue cierto. Siendo la una de la mañana arribamos finalmente a Pitalito y no había: ni bus, ni plata para pagarle al conductor de Transipiales pues la taquilla de Coostranshuila estaba cerrada. Estábamos solos, botados en medio de la nada.

Llamé insistentemente a los números celulares de Cootranshuila para pedirles que nos auxiliaran pero nunca contestaron. Como estaba viajando con mi hijo de ocho años, decidí irme a buscar un hotel para hospedarnos y volver al día siguiente, cuando los encargados de los teléfonos celulares se dignaran a contestar y cuando estuvieran abiertas las taquillas de la empresa.

Hice el reclamo correspondiente a la persona encargada: le dije que además de embarcarme en un bus hacia Bogotá lo antes posible, debían reconocerme lo que había gastado en hotel, taxis y desayuno por culpa de su ineficiencia e irresponsabilidad. En  total eran 84 mil pesos soportados con sus correspondientes facturas.

La respuesta me sorprendió: me dijo que me iban “a dar” 50 mil pesos. De manera vehemente pero respetuosa le dije que no le estaba pidiendo limosna y que yo sólo reclamaba mis derechos como usuario de su mal servicio, con el cual había resultado perjudicado.

Finalmente accedieron a pagarme el total de los gastos y me enviaron en un bus para Bogotá.  Para rematar esta historia les cuento que escogí a esta empresa porque vi unos buses muy nuevos con servicio de internet Wifi, cosa que resultó “paquete chileno” pues nunca me puede conectar en mi ipad. Ni en el bus varado (16500), ni en el bus 17500 que me trajo hasta Bogotá. 

Ahí les dejo el dato...

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