Foto tomada de www.colombia.com
Un acusado de asesinar a su mejor
amigo se encuentra en el tribunal
listo para ser condenado. La juez le pregunta: ¿usted por qué lo mató? Éste le
dice: por que él me dijo H.P. La juez le contesta: cómo así, si ustedes
eran los mejores amigos. Se chanceaban todo el tiempo, y se decían malas
palabras, y usted ahora me dice que lo
mató simplemente porque le dijo H.P. Contesta el acusado: cierto señora juez, nosotros
nos decíamos malas palabras con cariño. Pero esta vez no me gustó el tonito… fue por el
tonito señora juez.
Este mal chiste se me parece a lo
que está pasando con el alcalde Peñalosa en el inicio de su mandato. Muchas de
las salidas en falso no tienen que ver ni siquiera con su postura, sino con el tonito… el tonito. Veamos
algunas:
·
La
definición del trazado (del metro) no corresponde a un estudio sofisticado,
sino a la decisión de un funcionario del IDU “mientras se lavaba los dientes”, dijo Peñalosa el pasado mes de diciembre justo antes de posesionarse. Si no
le gusta la idea del metro como fue concebido por la anterior administración,
simplemente proponga la suyo con argumentos. No hay necesidad de desconocer el trabajo de los
demás. Y sobre todo, echar a la basura las inversiones costosas que se hicieron
en estudios para este proyecto.
·
La reserva
Van Der Hammen “son unos potreros”: otra
vez el alcalde desconoce estudios juiciosos que se han realizado sobre
esta reserva para tratar de bajarle la importancia estratégica en materia ambiental. Esto
enervó a los ambientalistas y a los miembros de la Academia de la Ciencia que
se quemaron las pestañas estudiando estos terrenos para ser declarados como
reserva. Pero también a los bogotanos en general, que cada vez son más consciente de que no debemos pavimentar
toda la ciudad, y que necesitamos esos espacios verdes para respirar.
·
Quién
dijo que se requiere un espacio verde entre una ciudad y otra, en qué ley está
escrito: lo dijo en el debate sobre la conveniencia de construir en la reserva
Van der Hammen que se llevó a cabo en la Universidad de los Andes, y que le significó un abucheo por parte del auditorio (y no eran
precisamente estudiantes primiparos). Sin ser conocedor en materia urbanística,
creo, señor alcalde, que lo mejor sería tener verde entre una ciudad y otra. Por puro sentido común.
¿Qué le pasa a Peñalosa? En ese mismo evento de la Universidad de
los Andes, el ex ministro de Ambiente Manuel Rodríguez dio luces de lo que
podría ser la causa “del tonito” del alcalde de Bogotá: “Admiro a Peñalosa,
pero él tiene una gran virtud que es a la vez un gran defecto político. Y es que él no
puede esconder sus sentimientos. Y los políticos son expertos en esconder lo
que están pensando. Son unos genios para eso. Peñalosa no. Él no puede esconder
lo que no le gusta… Se le nota hasta con sus movimientos físicos…”, dijo.
… ¿Qué piensan ustedes? ¿Cuál es la razón del tonito?