jueves, 30 de mayo de 2013

¡Tenemos visa!

Foto: www.universal.com.co

El ingreso de Colombia a la OCDE, o al menos, la invitación oficial para que haga parte de este selecto grupo de países, tiene un significado especial en la atracción de inversión extranjera. Para los desprevenidos  ciudadanos que dicen: ¿y a mí qué? ¿Esa noticia en qué me cambia la vida? Es probable que sí se la cambie, en el mediano o largo plazo, y para bien.

En la primera clase del diplomado de Periodismo Económico que adelanto en la Universidad de la Sabana aprendí que los tratados de libre comercio como el que Colombia firmó con Estados Unidos, y ahora, este anuncio de la invitación que hace la OCDE a Colombia, tienen como objetivo darnos las credenciales necesarias para ser más atractivos ante el mundo.

Es decir, todo esto nos sirve para “chicanear” en el vecindario y ante el mundo, para decir que tenemos una economía sana, con las mejores prácticas económicas y sociales, para que esos grandes capitalistas que están buscando refugios seguros para su dinero vengan para acá sin pensarlo dos veces.

Además, el momento en que llegan esas dos “visas” es el más propicio, pues la crisis en Europa y el pobre crecimiento de la economía de Estados Unidos convierten a Colombia y algunos países latinoamericanos en una buena opción para invertir.

Hasta ahora Chile es el único país latinoamericano en contar con esa credencial. En el año 2002 presentó su solicitud para formar parte de la asociación, en el año 2007 fue invitado y en el año 2010 ingresó de manera oficial al listado de los 34  países miembros.

¿Pero qué es la OCDE? La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico es un club de países con buenas prácticas en materia comercial, financiera, y social. Formar parte de ese grupo es tener la oportunidad de aprender de los que saben. Recordemos que la OCDE fue quien le advirtió a Colombia acerca de un monopolio en la operación de Claro, al concentrar más del 60% del mercado de telefonía celular.

Muchos ajustes deben hacerse en adelante para cumplir con esa hoja de ruta que se acordó entre el gobierno Colombiano y la OCDE, y así Colombia pueda ingresar de manera oficial en un par de años. Esperemos que esas medidas redunden en mejorar la calidad de vida de las personas de a pie, para que este logro, que hoy celebra el Gobierno Santos, sea celebrado con la misma euforia por todos los colombianos.

Seguir a Ricardo Solarte en Twitter: www.twitter.com/@ricardosolarte

lunes, 20 de mayo de 2013

Tres requisitos para hacer política


Foto: lakancilleria.wordpress.com

El voto de opinión ha brillado por su ausencia en el Putumayo, pues ante la falta de líderes con ideologías y programas de gobierno que enamoren a sus electores, la gran mayoría de los elegidos llegan a los cargos públicos por motivos diferentes al deber ser. Con un amigo llegamos a la conclusión de que quienes hacen política deberían cumplir, al menos, con estos tres aspectos fundamentales:

1.       Tener su vida económica resuelta: Esto implicaría tener un buen ingreso económico propio y de su pareja. Que tengan un capital que los ayude a seguir viviendo si no ganan las elecciones, aun habiendo invertido una gran suma de dinero en la campaña. Esta es una manera de garantizar que quienes hacen política lo hacen por vocación hacia lo público, y no porque no tienen otra manera de ganarse la vida. Cuando no se cumple con esta premisa el candidato ya no es tan confiable.

2.       Que tenga las credenciales para el cargo al que aspira: La preparación académica es clave, más aún en estos tiempos cuando la administración pública cada vez exige un mayor grado de conocimiento. Y ojo, la academia no es un lujo exclusivo de las familias más adineradas, los pobres también tienen acceso a ella. Así lo ha sido siempre, un ejemplo de ello es aquel joven humilde de finales de siglo pasado llamado Marco Fidel Suárez, hijo de una humilde lavandera, quien siempre se destacó por su inteligencia desde niño y eso lo llevó a ser Presidente de la República. Como mínimo su candidato debería tener una especialización y una maestría. Eso le da una visión mucho más amplia del mundo y de lo público.

3.       Coherencia en el discurso: Es lo que se define como la sincronía entre el pensar, el decir y el hacer. Quienes son coherentes son personas de fiar pues se sabe que su línea es una sola y que actuarán de acuerdo con ella ante cualquier aspecto que se le presente, sin importar las consecuencias políticas que eso le traiga.  Un ejemplo de coherencia es el representante Rivera Flórez: es un liberal y como tal ha defendido causas como la del matrimonio homosexual, sin importar qué tan rentable, electoralmente hablando, sea esta postura. De hecho, hace poco fue criticado por el obispo del Putumayo por su apoyo al matrimonio gay, a quien le respondió: “los habitantes de mi departamento conocen mis posiciones y no es la primera vez que me reprochan, eso me inquieta pero no me desvela, cuando denuncié DMG se me vino el mundo encima en Putumayo, incluso, mi familia tuvo que salir del departamento algunos meses”. Decir que las críticas de la región, donde se supone tiene su caudal político para el Senado, le inquieta pero no le desvela suena desafiante para algunos, pero seductor para quienes premiamos la coherencia en el discurso.

Espero que me  aporten otras condiciones que deben tener los candidatos que se postulan a los distintos cargos en las próximas contiendas electorales.

Seguir a Ricardo Solarte en Twitter: www.twitter.com/@ricardosolarte

lunes, 13 de mayo de 2013

¿Para qué sirve el “Vigilado Superfinanciera”?


Foto: www.minhacienda.gov.co 

Hace poco me encargaron un artículo en el que debía contar las lecciones aprendidas después del caso de Interbolsa, la otrora más grande comisionista de bolsa con más de 30% del mercado de las acciones.  La pregunta de rigor a una de las fuentes consultadas fue: ¿después de la caída de esta comisionista, qué debo tener en cuenta a la hora de confiar mis recursos a una firma?

La respuesta fue: “que la empresa esté legalmente constituida y que esté vigilada por la Superintendencia Financiera de Colombia”. “Me perdona”, -le dije enseguida- “pero esas dos características las cumplía Interbolsa. Sin embargo, resultó ser un fiasco de organización de la que, según se dice, sólo se conoce hasta ahora la punta del Iceberg”.

“Tiene razón, pero como miembro del gremio que represento no le puedo decir otra cosa diferente”, dijo la fuente. Así las cosas, no me quedó otra alternativa que aportar desde mis limitados conocimientos, y con base en las denuncias que ha sacado a la luz el representante Gaviria, algunos tips para tener en cuenta en el negocio bursátil, más allá de aquel sello: “Vigilado Supefinanciera”.

Pero mis inquietudes respecto de la garantía que aporta esta vigilancia vuelven a surgir luego de leer la entrevista que concedió a la revista Semana el señor David Wigoda, presidente de Factor Group, quien tiende un manto de duda sobre la actuación de la Superintendencia Financiera en el caso de Interbolsa.

Estas declaraciones refuerzan a su vez las denuncias del representante Gaviria acerca de las reacciones tardías del ente de vigilancia, y una posible negligencia al no atender las advertencias tempranas hechas por el Autorregulador del Mercado de Valores (AMV).

Según consta en un oficio enviado en febrero del año 2012 por el AMV a Diego Mauricio Herrera Falla, Superintendente Delgado para Supervisión de Riesgos de Mercado e Integridad de la Superfinanciera, se advertían 123 situaciones que ponían en riesgo la estabilidad financiera de esta empresa y sus clientes.

Si bien lo dicho por Wigoda  a la revista Semana debe tomarse con beneficio de inventario, al tratarse de una persona que hoy se declara en la ruina luego que la Superfinanciera bloqueara sus negocios al considerar que habría hecho captación ilegal de recursos, lo más sano para el sistema es que se determinen con prontitud las responsabilidades del ente de vigilancia y control en el caso Interbolsa.

Seguir a Ricardo Solarte en Twitter: www.twitter.com/@ricardosolarte

viernes, 10 de mayo de 2013

¿Qué le pasa a Claro?


Foto: www.wayerless.com 

Debo decir que soy un "damnificado" más de la telefonía del operador Claro y eso me inhabilitaría para hablar de manera objetiva sobre esta firma. Sin embargo, como si nunca me hubieran tocado sus fallas en el servicio, quisiera hacer algunas reflexiones -sin apasionamientos-,  desde el punto de vista del mercadeo de cómo esta empresa está manejando la crisis provocada por un creciente número de usuarios insatisfechos.

Es bueno tener algunas referencias para comparar. Hace 30 años, la firma Jhonson & Jhonson (J&J) sufrió uno de los momentos más difíciles de su historia: siete personas murieron por consumir Tylenol, medicamento producido por su laboratorio que había sido contaminado con cianuro. 

¡Imaginen el tamaño del problema! un laboratorio que se precia de ser un guardián de la salud y el bienestar de sus consumidores, en teoría había suministrado veneno y matado a siete personas. ¿Cómo fue la reacción de la empresa?  Actuó de inmediato: retiró de las tiendas todos los productos Tylenol y canceló su publicidad.

Aún después de que la FDA (que es el Invima en Estados Unidos), determinó que la mala manipulación se había dado en la tienda y no en la manufactura del producto, J&J siguió asumiendo la responsabilidad por los consumidores afectados en esta tragedia.

Pero no se quedó solo en decir “lo sentimos”: también entregó bonos redimibles a las personas que habían adquirido el medicamento en todas las tiendas del país; y en todos los periódicos de Estados Unidos ofreció un cupón de descuento de 2.50 dólares para quienes hubiesen desechado el producto.

Este es uno de los casos más emblemáticos de manejo de crisis que le enseñan a uno en la Universidad cuando hace una especialización en Gerencia de Mercadeo. Tan exitoso resultó ser, que Tylenol hoy sigue en el mercado estadounidense con un buen prestigio. Y el presidente de la época, James Burke, se ganó un lugar en el National Business Hall of Fame (Salón Nacional de la Fama de las Empresas).

Pero como dirían algunos, eso es Dinamarca y nosotros vivimos en Cundinamarca. Volvamos al caso Claro, y aquí les menciono algunos aspectos en los que considero, se han equivocado en la estrategia de manejo de crisis (si es que la hay):

1.       Las deficiencias en el servicio son reales y aunque el presidente de la empresa, Juan Carlos Archila, ha reconocido públicamente las dificultades,  falta una estrategia más agresiva para enfrentar los inconvenientes. Como en el caso de J&J, no basta con decir “lo sentimos y estamos trabajando para solucionarlo”. Es hora de meterse la mano al bolsillo y resarcir económicamente o con tiempo al aire a todos los damnificados. No esperen a que lo tengan que hacer mediante un decreto, algo que se ve venir, según el pronunciamiento del Gobierno.

2.       Es hora de ponerse del lado de los usuarios como lo hizo ayer el Presidente Santos, cuando por medio de un tweet le dijo al ministro de las Tics que “tomara cartas en el asunto de la cada vez más desesperante mala calidad en el servicio de la telefonía celular”. Hoy el presidente de la Asociación de la Industria Móvil de Colombia, Rodrigo Lara, salió a decir que el responsable de eso es el Gobierno. Esta es una reacción tardía del gremio, el que golpea primero golpea dos veces, y esta vez Santos se quedó con el crédito de pensar en los usuarios.

3.       Claro salió ahora con que presentará una demanda contra los promotores del “apagón Claro”. Grave error. Si se presentó esta forma de protesta es porque existen  inconformidades reales con el servicio. Demandar a los promotores es recriminar a los mismos usuarios por quejarse, sin aceptar medio gramo de responsabilidad en esto. Frank Luntz, autor estadounidense del Best-seller Ganar, dice: “Cuando causes daño corrígelo, y da después un paso al frente. Entre tanto, podrías terminar delante de donde empezaste. Pero si le cargas la responsabilidad a otro, da por sentado que la gente no asumirá la suya”.

4.       En una entrevista concedida por Juan Carlos Archila a la  Revista Semana  con María Jimena Duzán, la periodista le pregunta si no cree que Claro ha pecado de arrogante, a lo que el presidente de la compañía responde: “No lo veo así. Creo que esa imagen es más una percepción que una realidad. La realidad es que Claro ha tenido un compromiso con el país hasta en los momentos más difíciles”.

Señor Archila, el momento más difícil de sus 34 millones de usuarios es ahora. Demuestre el compromiso con ellos, el que usted dice ser tradición en su empresa.

Seguir a Ricardo Solarte en Twitter: www.twitter.com/@ricardosolarte

martes, 7 de mayo de 2013

Dejemos que la justicia actúe


Foto: conquista20.wikispaces.com

Los colombianos nos estamos acostumbrando a una justicia mediática, en la que todos quieren tener la razón por encima de los fiscales y los jueces. No ayuda para nada a la labor de impartir justicia que los medios hagan encuestas como la de esta semana en W Radio: ¿Qué opina de la situación jurídica del exministro Andrés Felipe Arias después de negársele la libertad por tercera vez?

Y no sólo eso. Sino que comentaron este caso como el de un “pobre hombre” con el que se está cometiendo una injusticia. Independientemente del drama que está atravesando Arias y su familia, lo cierto es que determinar su libertad es de resorte exclusivo de los jueces que llevan su caso. Ellos tienen el conocimiento que el ciudadano de a pie no, y por eso no deberían poner a opinar al pueblo sobre algo que desconoce.

Pero este es el caso más reciente y, se podría decir, que el menos grave. Uno de los más emblemáticos donde la gente cree tener más razón que la misma Fiscalía es el del asesinato del joven universitario Luis Andrés Colmenares. Tanto así que los implicados Laura Moreno, Jessy Quintero y Carlos Cárdenas  son culpables para un gran porcentaje de la población, sin que hayan sido vencidos en juicio aún.

Lo vimos también con la ex secuestrada  Ingrid Betancourt, quien se vio presionada a renunciar a una indemnización a  la que pudo haber tenido derecho porque  “el pueblo determinó” que era una reclamación injusta. Sin embargo, muchos de sus compañeros de cautiverio, sin mucho ruido, recibieron unas sumas considerables del fisco nacional por los perjuicios causados.

En términos de impartir justicia somos demasiados emocionales y eso no es bueno para una sociedad. Ante un hecho que genera indignación pedimos a gritos: cadena perpetua o la pena de muerte para los responsables. Algunos políticos sucumben ante la tentación de esos clamores populares como la Senadora Gilma Jiménez, vocera del referendo de prisión perpetua para los violadores de menores.

Defender a nuestros niños de los violentos es un tema que nos preocupa a todos. Sin embargo, el Congreso, en su sabiduría, decidió hundir la iniciativa con argumentos sólidos al encontrarlo inconstitucional. Lo que preocupa es que se legisle al clamor de las masas. ¿Y qué tal si de aquí a mañana, las mayorías se indignan con algo menos grave que la violencia contra los menores? ¿Quién tiene el rasero para medir qué delitos merecen o no una cadena perpetua? ¿El pueblo? El hecho de que muchas personas piensen de una misma manera, no quiere decir que necesariamente tengan la razón.

Es cierto que los medios de comunicación tienen una función fiscalizadora de los tres poderes: el ejecutivo, el legislativo y el judicial. Pero la fiscalización debe hacerse, en mi concepto, con una distancia prudente que deje actuar. En el caso de la justicia, sin conjeturas sobre procesos en curso, ni “mini-referendos” para medir qué tan populares son las medidas de los jueces. Esto sólo  entorpece la ya difícil tarea de impartir justicia.

Seguir a Ricardo Solarte en Twitter: www.twitter.com/@ricardosolarte

viernes, 3 de mayo de 2013

No más periodistas exiliados



A propósito del atentado que sufrió nuestro colega de Revista Semana, Ricardo Calderón, quiero compartirles algunas reflexiones del exilio. No personales, ojalá nunca pase. Las lecciones son de Hollman Morris e Ignacio (Nacho) Gómez, quienes nos contaron algunos pormenores de esa dolorosa experiencia.

Fue una charla íntima durante la jornada de cierre de la Feria del Libro de Bogotá, en un pequeño salón ubicado en el pabellón Tomás Carrasquilla, con un aforo no superior a las 200 personas. Los invitados: dos grandes periodistas, que no comen cuento, y que investigan hasta la saciedad. Actitud que debería ser aplaudida en una sociedad moderna y vigilante de lo público.

Ignacio o “Nacho” Gómez, como lo conocen en el mundo periodístico, quien hoy se desempeña como subdirector de Noticias Uno, vivió su primer exilio  en la década de los noventa cuando trabajaba en la Unidad Investigativa del diario El Espectador y destapó algo escandaloso desde todo punto de vista: la Brithis Petroleum (BP), envuelta en una importación ilegal de armas al país.

Desde esa vez, Nacho ha tenido que salir de su tierra un par de veces más haciéndole el quite a la muerte. Hoy cumple cinco años y medio con una escolta personal asignada por el Estado y un circuito cerrado de televisión en su casa, pues ha sido saqueada nueve veces.

Nacho fue quien destapó algunos de sus escándalos más repudiables de la era Uribe como las chuzadas del DAS, de las que él mismo fue víctima, y la adquisición del lote en Mosquera de Tomás y Jerónimo Uribe: una operación en la que este par de muchachos se enriquecieron por adquirir una tierra que sólo unos días después sería declarada zona franca por el gobierno de su padre.

Nacho recuerda que fue hasta la Notaría 42 de Venecia en Bogotá, y después de sacar la escritura de la zona franca y encontrarse con los nombre de los hijos del expresidente, llamó a su director Daniel Coronell para contarle la chiva. Pero en lugar de irse para el  noticiero se fue para su apartamento porque tenía un mal presentimiento.

Cuando llegó, sus temores no eran infundados, se encontró con un cuadro desolador: había sido saqueado y su vecina amordazada.  Esa vez se llevaron documentos de investigaciones que adelantaba y algunos papeles de  escándalos que ya habían salido a la luz hace varios años como el de la BP.

En un  país que estaba hechizado, ¿o está?, por la demagogia del presidente Uribe, Nacho se convirtió en “el malo de la película” y recibía insultos y “carterazos” por parte de algunas señoras “furibistas”. El mismo expresidente, dijo ante cámaras, tenerle miedo al loguito de Noticias Uno. Siendo que como dice el refrán: “quien nada debe, nada teme”.

La historia de Hollman Morris no dista mucho de los odios que se sembraron en la era Uribe, quien con su discurso calificaba de “amigo de las Farc” a quienes pensaban distinto de él. En la liberación del ex secuestrado y actual gobernador del Meta, Alan Jara, el periodista tuvo acceso privilegiado al sitio de liberación. Lo que en el argot periodístico llamamos “chiva”, el ex presidente Uribe calificó como “escudarse en su condición de periodistas para ser permisivos, cómplices del terrorismo...”

Esas palabras en vivo y en directo a todo el país acabaron con la paz que se vivía en el hogar de Hollman. Él las estaba oyendo desde la sala de su casa, con su esposa y sus hijos. Y es que de un momento a otro, con esa sola declaración, Hollman se había convertido en blanco de los paramilitares, y su vida y la de su familia estaban en riesgo.

Contando su historia, a Hollman se le quiebra la voz, dice que nunca ha superado el tema de “empacar su vida en una maleta para luego desempacarla nuevamente”. “A mí me encanta viajar, pero si pudiera lo haría sin maletas, eso me dejó marcado para siempre”, sostiene.

No todos corren con la misma suerte

Si bien salir exiliado es una tragedia desde todo punto de vista, hay algunas cosas buenas que han venido después del exilio, como becas en el exterior y premios de periodismo internacionales, donde sí se reconoce la valentía y el coraje de los periodistas. Sin embargo, el caso de Nacho y el de Morris son dos excepciones.  Normalmente el exilio acaba con la vida de las personas.

Este es el caso de Fernando Garavito, autor del libro “El señor de las sombras”, la biografía no autorizada de Uribe Vélez, quien después de salir exiliado murió en un accidente de tránsito en Nuevo México. Garavito también había sido galardonado con el premio de Periodismo Simón Bolivar por su investigación acerca de la toma del palacio de Justicia.  

Lo que busca el exilio es acabar con la honra y la dignidad de las personas. Por ejemplo, Richard Vélez,  otro periodista colombiano exiliado, no ha corrido con la suerte de Nacho y Morris, y por el contrario, le ha tocado cambiar la pluma y los micrófonos para ser celador de un lavadero de autos en Estados Unidos.

No esperemos a que Ricardo Calderón, periodista de Revista Semana, quien fue víctima de un atentado esta semana, tenga que exiliarse. Esos hechos se deben esclarecer cuanto antes, pues como lo dice Francisco Zarco, “la prensa no solo es el arma más poderosa contra la tiranía y el despotismo, sino el instrumento más eficaz y más activo del progreso y de la civilización”.

Así las cosas, cuando se amenaza o se silencia a un periodista que defiende la verdad, se amenaza a todo un pueblo, a sus instituciones, sus libertades y su sistema democrático.

En el camino de la reparación de las víctimas, donde los periodistas también han caído, el presidente Santos dio un paso importante en sanar viejas heridas al hacerle un reconocimiento al periodista y actual gerente de Canal Capital, Hollman Morris.

En un acto público, el pasado nueve de febrero, día del periodista, le dijo: "usted es un gran periodista, además estuvo en el mismo programa que yo estuve en la Universidad de Harvard; fue el mejor año de mi vida, no sé si fue el mejor año de su vida; pero aquí le hago a usted un reconocimiento. Usted es un gran periodista y ojalá siga ejerciendo el periodismo".

Ese es el camino

Seguir a Ricardo Solarte en Twitter: www.twitter.com/@ricardosolarte

jueves, 2 de mayo de 2013

3 claves para ser un buen gerente de mercadeo



Foto: www.infomarketing.pe 

El publicista mexicano Fernando Anzures, quien se desempeñó como gerente general de Coca Cola Colombia y ha trabajado para importantes firmas como Procter & Gamble y Philip Morris, nos entrega, en exclusiva para mi blog y sus lectores,  las tres claves para ser un buen gerente de mercadeo:

1.       Hay que actualizarse. El pensum con el que usted estudió su pregrado en mercadología o una especialización en gerencia de mercadeo en la mejor universidad del país o del mundo, probablemente quedó obsoleto. Suena cruel pero es así. Y no es porque el consumidor cambie todos los días, es probable que el de hoy sea el mismo de siempre: con las mismas necesidades de Maslow. Lo que sin duda ha cambiado es la manera en que él se comunica e interactúa con las demás personas, y por ende con las marcas. Eso necesariamente implica la revisión de la estrategia de mercadeo, no de manera anual como se hacía antes, sino  mensual. Pensar que nos las sabemos todas y que no requerimos actualizar nuestros conocimientos sería un acto de soberbia, y los consumidores no perdonan la soberbia.

2.       Abrirse a un mercadeo global. Los colombianos estamos acostumbrados a marcas locales. No hablamos ni estudiamos los casos exitosos, ni los grandes fracasos de las marcas internacionales. Debemos entender que este mundo se globalizó y que en la medida que el país firme tratados de libre comercio, más temprano que tarde tendremos una competencia global que nos puede afectar si no estamos preparados para enfrentarla. El mercado local ya es nuestro porque lo conocemos. Pero hay mucho conocimiento acerca de estrategias usadas por marcas multinacionales que debemos adquirir, si estamos pensando en conquistar nuevos mercados, o si queremos mantenernos como los líderes en casa  cuando nos llegue la competencia.

3.       Aprender de los viejos y de los jóvenes. Si las fórmulas de marketing fueran la panacea, las empresas dieran saltos en sus ventas por encima del 50%. Pero eso no ocurre, normalmente un buen año se considera como tal, cuando se logra un crecimiento igual o levemente por encima de la inflación. Por eso no debemos pensar de manera extremista. Por ejemplo, “si no estoy en redes sociales estoy muerto”. Lo mejor es aprender y adoptar los mejores consejos y estrategias de los jóvenes y de los viejos. Cada uno tiene algo valioso que aportar nuestro plan de mercadeo.


Seguir a Ricardo Solarte en Twitter: www.twitter.com/@ricardosolarte